El empeoramiento en la insuficiencia cardíaca
La evolución natural de la IC se caracteriza por la presencia de episodios de empeoramiento.
Estos se pueden definir como un empeoramiento de los signos y síntomas de la IC en pacientes con un diagnóstico previo y se puede dar de forma repentina o gradual. Suele requerir una intensificación del tratamiento y, habitualmente, el uso de diuréticos intravenosos (IV), ya sea administrados de forma ambulatoria o en un entorno de hospitalización.
Tras un primer diagnóstico de la enfermedad, los pacientes con IC son hospitalizados una media de una vez al año. Pese a la mejoría del pronóstico lograda con los tratamientos actuales, la tasa de reingreso hospitalario es aún alta: entre un 10% y hasta un 16% de los pacientes son reingresados a los 30 días del alta hospitalaria. Los pacientes hospitalizados por insuficiencia cardiaca descompensada tienen un aumento sustancial en las tasas de rehospitalización y mortalidad en comparación con aquellos que permanecen clínicamente estables-.

Con todo esto, la calidad de vida de los pacientes con IC está gravemente afectada, más incluso que con otras enfermedades crónicas. Además, la insuficiencia cardiaca aumenta la fragilidad de los pacientes, haciéndolos más susceptibles y exacerbando los efectos de las comorbilidades.
Por esta razón, la SEC lanzó una campaña de concienciación de la descompensación en la IC (codICe) donde definieron un proceso asistencial organizado cuyo objetivo es evitar hospitalizaciones y ralentizar la progresión de la enfermedad.
Para ello, aspiran a reunir un abordaje holístico de la descompensación de la IC, centrándose en los siguientes puntos:
- Evaluación de los criterios de gravedad: considerando los signos de gravedad y la respuesta del paciente a los diuréticos.
- Estabilización del paciente: para ello, hay que identificar y tratar el desencadenante del episodio de empeoramiento, además de seguir tratando los síntomas con la medicación apropiada para conseguir una mejoría de la congestión.
- Optimización terapéutica: en el contexto de un episodio de empeoramiento, la SEC recomienda el uso de la quíntuple terapia, incluyendo INRA, betabloqueantes, ARM, iSGLT2 y vericiguat ▼.
- Seguimiento: en unidad de IC especializada juntamente con atención primaria.
Directrices del tratamiento
El abordaje de los episodios de empeoramiento de la IC se sostiene en dos pilares: el tratamiento y la prevención.
Las guías recomiendas el uso de los conocidos como cuatro pilares: IECA/INRA, ARM, betabloqueadores e iSGLT2 para reducir el riesgo de hospitalizaciones por IC y muerte. Sin embargo, en pacientes sintomáticos y con FEVI < 45% después de un evento de empeoramiento, la administración de vericiguat▼ debería ser considerada en adición a los 4 pilares de tratamiento.
Principales vías de tratamiento

En la IC, se activan una serie de mecanismo fisiopatológicos que intentan compensar la disminución de la función cardiaca. En el corto plazo, estos mecanismos compensatorios promueven una serie de cambios en el corazón, riñones y vasos sanguíneos designados para mantener la homeostasis cardiovascular. No obstante, con el tiempo estas respuestas acaban resultando en estrés hemodinámico y efectos deletéreos en todos los órganos implicados.
Los medicamentos de clase I utilizados para bloquear el SRAA en la IC incluyen los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), los bloqueadores de los receptores de angiotensina II (ARA II), los antagonistas de la aldosterona (ARA) y los inhibidores del receptor de angiotensina-neprilisina (INRA).