Introducción a la fibrilación auricular
En este apartado se aborda la definición, la presentación clínica y la clasificación de la fibrilación auricular (FA), así como su tratamiento.
Definición de FA
La FA es una taquiarritmia supraventricular que produce una activación eléctrica auricular descoordinada y, en consecuencia, una contracción auricular ineficaz[1].
Las características electrocardiográficas de la FA incluyen[1]:
- Intervalos R-R irregulares (cuando la conducción auriculoventricular no está afectada)
- Ausencia de ondas P
- Activación auricular irregular
Otro término que se utiliza habitualmente es el de «FA clínica», que se refiere a la FA (sintomática o asintomática) documentada por un electrocardiograma (ECG)[1].
- La duración mínima del trazado electrocardiográfico requerida para establecer el diagnóstico de FA clínica es de 30 segundos, o bien un ECG completo de 12 derivaciones[1].
Presentación clínica de la FA
- En la FA las aurículas laten de forma irregular y, a menudo, rápida. Como consecuencia, los ventrículos no pueden llenarse de sangre de forma adecuada, se reduce el gasto cardíaco y puede formarse un trombo a partir de la sangre estancada en la aurícula izquierda fibrilante[1].
- La FA puede presentar diversos síntomas (enumerados a continuación) que pueden ser de leves a intensos, aunque algunos pacientes no presentan ningún síntoma[1]:
- Fatiga
- Palpitaciones
- Síncope/mareo
- Angina de pecho/dolor torácico
- Disnea/falta de aire
- Ictus/AIT
- La presentación clínica de la FA es heterogénea, motivo por el cual las directrices clínicas contienen recomendaciones para su correcta clasificación o definición.
Clasificación de la FA
La FA se clasifica en cinco tipos, tal y como resume la siguiente tabla[1]:
Recomendaciones para clasificar la FA según el documento de consenso de la Sociedad Europea de Cardiología[1]
Tipo | Definición |
---|---|
Investigación
Al tratarse de una dolencia a menudo intermitente y que puede ser asintomática o estar asociada a síntomas no específicos, la detección y diagnóstico de la FA puede resultar difícil.
Para diagnosticar una FA, se requiere documentar el ritmo mediante un ECG. Un registro de ECG estándar de 12 derivaciones, o bien uno de una sola derivación ≥30 segundos, que muestra intervalos R-R irregulares (cuando la conducción atrioventricular no está afectada) en ausencia de ondas P es diagnóstico de FA clínica[1].
En aquellos pacientes con sospecha de FA paroxística y que no se ha detectado en el ECG de 12 derivaciones, deberá utilizarse un monitor de ECG ambulatorio de 24 horas si se sospecha que los episodios son asintomáticos o si estos se presentan con <24 horas de diferencia. Si los episodios de FA paroxística se producen con >24 horas de diferencia, se debe utilizar un monitor de ECG ambulatorio, una grabadora de episodios u otro dispositivo electrocardiográfico durante un tiempo suficiente para detectar la FA[2].
La FA puede ser un indicio de otra enfermedad no diagnosticada, sobre todo en pacientes con factores de riesgo o comorbilidad cardiovasculares. Por tanto, todos los pacientes que se diagnostican de FA se pueden beneficiar de una evaluación cardiovascular integral[1]:
- Anamnesis completa para determinar:
- Síntomas asociados a la FA
- Tipo de FA
- Enfermedades concomitantes
- Puntuación CHA2DS2-VASc
- ECG de 12 derivaciones: no solo para diagnosticar la FA, sino para evaluar la frecuencia ventricular durante la FA e identificar defectos de la conducción o signos de isquemia o de cardiopatía estructural.
- Pruebas de función renal y tiroidea, electrolitos y hemograma completo
- Ecocardiograma transtorácico: para evaluar el tamaño y la función del ventrículo izquierdo, el tamaño de la aurícula izquierda, las válvulas y el tamaño y la función sistólica de las cavidades derechas.
Planteamientos terapéuticos
En posteriores apartados se considerará en qué se diferencian los diferentes planteamientos terapéuticos en función del tipo de FA y las características específicas del paciente.
En general el tratamiento de los pacientes con FA tiene tres objetivos principales, que no son mutuamente excluyentes[1]:
- Control de la frecuencia o el ritmo para, a su vez, controlar los síntomas
- Prevención optimizada del ictus
- Abordaje de los factores de riesgo o comorbilidad cardiovascular
Para obtener más información sobre las consecuencias posiblemente adversas de la FA y sobre la suma importancia que reviste su tratamiento, haga clic en el siguiente enlace correspondiente al siguiente apartado (a continuación).
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